Las uvas se cosechan durante la segunda quincena de agosto. Después de un breve período de maceración en frío seguido de sedimentación, el mosto se fermenta con absoluta claridad. La fermentación es lenta ya 16ºC para preservar la materia prima valorada.
Límpido y translúcido, de color amarillo pálido con iridiscencias que recuerdan al oro blanco. La variedad demuestra su potencial en el bouquet con la armoniosa conjunción de aromas de frutas blancas (azahar, melocotón, pera), manzana y aromas a base de hierbas (hinojo y anís).
El ramo se confirma en el paladar y las sensaciones de volumen y se equilibra con acidez después. Una armonía que no puede dejar indiferente a nadie.
Recomendado con aperitivo, entrantes, ensaladas, pescado y egoísta. Mejor servido frío (6-8º C).
Vino de la Tierra de Castilla
